
La corresponsabilidad en la debacle
La deriva política que Colombia experimenta hoy es en gran parte debido a aquellos actores que promovieron la campaña de Petro y que ahora, sumidos en el arrepentimiento, pretenden desligarse de la responsabilidad que les corresponde. Personajes destacados como Alejandro Gaviria, Cesar Gaviria, Rudolf Holmes, y partidos como la U y el Conservador, artistas, influenciadores de redes, entre muchos otros, exhiben una sorprendente desfachatez al manifestar preocupación, como si su participación previa no hubiese contribuido a la situación actual.
Este giro desconcertante es un reflejo de su falta de vergüenza frente a empresarios y ciudadanos de Colombia, quienes están experimentando directamente las consecuencias de sus acciones. El ambiente de oposición, resistencia y control que se vive hoy en día resulta obvio y una reacción normal, NO se puede asemejar a un golpe de estado, una ironía cruel considerando que fue el presidente que ellos ayudaron a elegir quien lo insinúa.
El actual presidente y su vicepresidenta luchan con una aprobación conjunta de apenas el 46%, mientras que Petro apenas rasguña un 30% de aprobación. De hecho, su popularidad entre los jóvenes, que supuestamente forman su base electoral, ha caído del 61% al 46%. Este marcado descenso es una clara señal de descontento y de rechazo a las políticas implementadas.
Además, la gestión de Petro ha estado plagada de irregularidades y faltas a la verdad. Desde el supuesto secuestro de la niñera de Laura Sarabia que desembocó en una inspección al edificio Galán por parte de la Fiscalía, hasta la pérdida de la curul de Roy Barreras por doble militancia y la suspensión de Alex Flores por ocho meses a causa de su espectáculo deplorable en Cartagena, la administración de Petro ha dado lugar a una serie de incidentes vergonzosos que él convenientemente califica como un "golpe de estado blando".
Sumemos a lo anterior que “la paz total” en Colombia parece cada vez más una quimera, en vista de los recientes enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN en el Chocó, que provocaron el desplazamiento de 1500 personas. Incluso Claudia López ha revelado que Petro intentó sabotear el metro de Bogotá con chantajes en 2019.
A pesar de todas estas pruebas contundentes, Petro se refugia en su trinchera digital, Twitter, donde alza su voz para difamar a la “oligarquía” y acusar a entidades tan diversas como el Consejo de Estado, la Fiscalía, la Contraloría, la Procuraduría, e incluso a los medios de comunicación de colaborar en su supuesto "golpe blando".
Para todos aquellos que ayudaron a llevar a Colombia a este punto, pedir disculpas simplemente no es suficiente. Debe dar más, pues son corresponsables en la debacle que estamos viviendo. Se necesita una acción decisiva y significativa para rectificar el daño hecho y poner a Colombia de nuevo en el camino correcto.
Esa oportunidad la tendrán el próximo mes de octubre en las elecciones locales, última oportunidad para corregir el rumbo del país, ustedes que se presumen líderes de opinión, hagan bien su trabajo. Errar es de humanos, pero repetir es de estúpidos.
Después hablamos en detalle sobre el “Golpe blando” que tanto suena hoy, solo les dejo este dato; en los últimos años esta teoría ha sido ampliamente denunciada por los líderes tradicionales de la izquierda radical de América Latina, sí, Correa, Chávez… bueno, ya conocen al resto.
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