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El terreno entrelazado parte 2

Continuando con esta alarmante hipótesis mía, y toda vez que la batalla deberemos darla. Sigamos la diatriba en este sentido.

Atrapados en este terreno entrelazado, la lucha puede parecer insuperable. Pero si nos remitimos nuevamente a las enseñanzas de Sun Tzu, encontramos que incluso en los terrenos más desafiantes, hay estrategias que pueden ser útiles. Enfrentamos desafíos significativos, sí, pero no estamos indefensos. Todavía hay caminos a seguir, estrategias a implementar. Debemos equilibrar el terreno.

En primer lugar, Sun Tzu es férreo en la importancia de conocer a nuestro enemigo. En nuestro caso, esto significa entender profundamente las tácticas y estrategias de los movimientos de la izquierda radical global y local, entender cómo operan, cuál es su atractivo, cómo logran su influencia. En lugar de entrar ciegamente en este terreno a combatir, debemos abrir los ojos a su verdadera naturaleza, a sus verdaderos objetivos.

También, Sun Tzu nos habla de la importancia de ser flexibles y de adaptarnos a las circunstancias cambiantes. Para nosotros, esto significa buscar y explotar cualquier debilidad en las tácticas de los movimientos de la izquierda radical, y ya sabemos que nos son pocas, así como adaptar nuestras propias tácticas para ser más efectivas en este nuevo terreno. La lucha no se libra en un terreno fijo, sino en un terreno en constante cambio y una velocidad sin precedentes. Debemos ser capaces de mover nuestras piezas con precisión y agilidad.

Adicionalmente, Sun Tzu destaca la importancia de las alianzas. En nuestro contexto, esto puede implicar la búsqueda de aliados con puntos de vista similares o con intereses comunes para contrarrestar la influencia de la izquierda radical, aquí surge la imperiosa necesidad de traer nuevas voces e ideas a la mesa. Un frente unido puede ser más fuerte y resistente a los ataques.

Finalmente, debemos trabajar para reafirmar el valor de nuestras instituciones democráticas tradicionales. La izquierda radical ha trabajado para deslegitimar estas instituciones, pero no debemos permitir que su narrativa se convierta en la única narrativa. Debemos contrarrestar sus argumentos con evidencia sólida y convincente de la eficacia y relevancia de nuestras instituciones.

Debemos trabajar para ganar los corazones y las mentes de los ciudadanos. Sun Tzu nos enseña que la victoria en la guerra a menudo depende más de nuestra capacidad para influir en los corazones y las mentes de las personas que de nuestra habilidad para ganar batallas físicas.

Aunque nos enfrentamos a una lucha desafiante, no estamos sin opciones. A través de una estrategia cuidadosa y reflexiva, podemos encontrar una forma de salir de este terreno entrelazado y luchar por lo que creemos.

El arte de la guerra, después de todo, no se trata solo de la batalla física, sino también de la batalla de la mente y del espíritu.